La mística de los Palacios Celestiales
por


Blavatsky & Crowley - "La Voz
del Silencio"

¡Editado por primera vez en castellano!


Antigüedad Judaísmo

 
0.- Introducción

El ciclo de conferencias "Cábala: El Ajedrez de la Mente", fue organizado por la Casa Sefarad-Israel como un evento gratuíto consistente en seis conferencias que tendrían lugar en el Ateneo de Madrid, elegido por su "índole librepensadora y su prestigio cultural". Inaugurado por Amparo Alba, directora de estudios hebreos y aremeos de la Universidad Complutense de Madrid, contó también con Ángeles Navarro, profesora de lengua hebrea y bíblica y literatura hispano-hebrea también en la Universidad Complutense de Madrid, con el profesor de filosofía también de la Complutense Carlos Díaz, con el Director durante muchos años del programa de TVE "Shalom", Benito Garzón, y por último, con Moshé Bendaham, el Rabino de la Comunidad Judía de Madrid.

Habiendo asistido con interés a todas las conferencias que se realizaron entre febrero y marzo del año 2008, nuestra pretensión ha sido en varios artículos estructurar apuntes, consultar y añadir información externa, e intentar realizar un todo coherente y comprensible que pueda resultar una introducción interesante a una tradición profundamente imbricada en occidente.

El misterio, lo oculto, la mística, las cifras, los números como vías de comunicación entre el mundo terrenal y los mundos superiores. Estas son las piezas de un ajedrez mental que se alinean en el tablero de la tradición y se afanan en la lid del conocimiento - Casa Sefarad-Israel.

Consideramos que se trata de una forma espléndida para adquirir o reforzar unas nociones básicas sobre un profundo sendero místico que, con sus raíces más profundas en los Reinos Hispánicos del Siglo XII y XIII, podría hacer enrojecer a mucho "buscador espiritual" moderno que apunta la mirada hacia lejanos lugares. Lo cual en realidad no es culpa suya, pues bien se encargó la Iglesia durante siglos de acallar lo que ha podido, cuando aún tenía el poder para hacerlo y no se hallaba en caída libre: siempre presente, y entremezclada con la historia de la Cábala, la vergonzante creación de lo que acabaría siendo el estado español sobre una nauseabunda identidad católica que se apoyó en su fundación sobre la expulsión de judíos y musulmanes de la Península Ibérica.

[transcripción y estructura por Schatten & Yemeth]
 


II.- La mística de los Palacios Celestiales

La conferencia que sirve de base a este texto, fue impartida por Ángeles Navarro, profesora de lengua hebrea bíblica y literatura hispano-hebrea en la Universidad Complutense de Madrid, el 11 de febrero del año 2008.


La palabra hebrea Merkabah (מרכבה) es utilizada en Ezequiel (1:4-26-28) para hacer referencia a la carroza-trono de Dios, el vehículo conducido por cuatro "Haaiot" con cuatro cabezas, de hombre, león, toro y águila. En su interior se encuentra el trono divino, y en varias representaciones aparece Dios con las 4 Haaiot (criaturas vivientes) y 4 ruedas (ofanim) idénticas una dentro de la otra, y llenas de ojos. En la Biblia de Alba (traducción del hebreo al castellano, de mitad del siglo XV), los ojos están representados por todo el cuerpo.

En la mística de la Merkabah, tenemos cuatro textos escritos entre los siglos III y XI d.c. Son Hekhalot Zutarti ("Los Palacios Menores", la parábola de los cuatro sabios anteriormente mencionada, donde tan sólo triunfa y asciende entre ellos Rabbi Akiva), Hekhalot Rabbati ("Los Palacios Mayores", donde se detalla el ascenso de Rabbi Ishmael y se eEnlaza el ascenso a los cielos con la leyenda de los 10 mártires), Ma'aseh Merkabah (una colección de himnos) y sobre todo el Sepher Hejalot, que relata el ascenso de Enoch, y donde habla con él Raabí Yismael.

Enoch es transformado en el arcángel Metatron, que será considerado protector respecto de los ángeles que quieren impedir el ascenso del místico, conocido también como Ángel de la Presencia. Será él quien lleva al campamento de la Shekinah y muestra la "visión de la Merkabah".


La técnica utilizada para el ascenso, requería:

1) La preparación del Iniciado mediante ayuno, comidas especiales y baños rituales.

2) El propio ritual del ascenso, recitando plegarias, himnos, fórmulas, invocaciones a Dios y a los ángeles, involucrando la posesión de sellos mágicos.

Se debía invocar a Sunyá (al Príncipe de la Presencia) 112 veces, guardando especial cuidado de no realizar una invocación de más ni de menos. La repetición era rítmica y enlazaba las palabras con las ideas hasta caer en trance. Los escribas tomaban notas mientras tanto, pues lo que sucediera se consideraba revelación de lo que acontece en el mundo celestial. Se debían atravesar a 7 ángeles y usar 7 sellos, en 7 Hejalot concéntricos.

El centro en el más interior de los 7 palacios es la Merkabah. Se tiende a espiritualizar la descripción de los elementos físicos. En Hejalot los círculos son órdenes angélicas y así pasa con todas las partes físicas del carro. Una cortina protege a los ángeles de la luz y la inescrutabilidad de Dios. En la cortina está bordada toda la historia de la humanidad, desde Adán hasta la edad mesiánica. Bajo el trono de gloria hay un río de fuego. Se purifican aquí los ángeles antes de recitar el “Santos” (y son aniquilados allí si lo hacen mal y contradicen a Dios).

En la corte celestial, los ángeles, de dimensiones gigantescas, están hechos de fuego. Enoch se cubre de fuego al hacerse ángel. Y son omnipresentes los ojos, siempre ojos. El príncipe de los querubines, querubiel, se halla cubierto de ojos y alas.

Conocer el nombre del ángel da el poder para invocarlo.

Los oficios son varios. El Ángel de la Presencia es aquel que sirve frente a Dios, mientras que el Príncipe de la Torá tiene como labor que el hombre entienda la Torá. Están los Guardianes de las Puertas de los palacios celestiales. Y cada nación tiene también su representante en el cielo, son los Príncipes de los Reinos: Samael de Roma, Dubiel de Persia, Miguel de Israel...

Metatrón es en ocasiones conocido como el YHVH menor, pues tiene 70 nombres. Se encuentra especialmente castigado, por cuestiones de herejía -ya que es como si hubieran dos dioses. Particularmente importante para los místicos al ser un humano que es alzado sobre los ángeles, él es también el Ángel de las tareas más altas, guardia de las almas de los niños; Enoch es el escriba celestial. En ocasiones (aunque nunca en esta mística de la Hejalot), es identificado con Miguel.


El objetivo del místico de la Hejalot, es la percepción de la apariencia de Dios en su trono de gloria y el conocimiento de los mundos celestiales.

Según el escritor Peter Schafer, se informa realmente poco acerca del ascenso, pero podemos decir que tenía un carácter esencialmente mágico. Se requería estar puro o arriesgar la vida y hasta el mundo. Constaba de conjuros dirigidos a los ángeles o a Dios, donde se hace bajar al ángel a la tierra. Así, se hace cumpla los deseos del místico y pueda ser la Torá entendida y no olvidada.