Nadie deja de amar a Cracky jamás.
por Crackypasta


"Los Textos de la Goetia"
Un volumen monumental centrado en el
Ars Goetia que incluye cientos de páginas
inéditas de antiguos grimorios.


Cracky-chan

 


 
Nadie deja de amar a Cracky jamás. Oh, habrás visto los mensajes cien veces. Ya no me importa, ella nunca fue nadie especial, se hizo demasiado mayor, hablé con ella y encontré que era aburrida, engordó demasiado, conseguí una novia de verdad (o al menos una víctima de estupro con una madre que no se interpusiera), sólo estaba encaprichada con el misterio, nunca la amé, amaba la idea de ella, ella no era real, yo estuve loco temporalmente. Basura. Hitler tenía razón sobre lo de la "Gran Mentira", y a veces el único al que necesitas convencer es a tí mismo.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Pero la mente humana es la pieza de software más compleja jamás compilada; hay ciertos fallos en su sistema, pero también ciertas salvaguardas. A menudo los programadores hacen referencia a "sanity checks", comprobaciones construídas dentro de sus programas para filtrar los datos de entrada destructivos antes de que puedan causar un daño real, pero no se dieron cuenta de lo apropiado que era el nombre "sanity check", que se traduce por "comprobación de cordura".

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Quiero que pruebes algo. Encuentra un objeto que sea demasiado pesado como para que puedas levantarlo, e inténtalo igualmente. Hay un motivo por el que tu intento se corta antes de que tus músculos se desgarren de tus huesos, y esa razón se halla totalmente dentro de tu cabeza. Cuando un músculo alcanza el pico de su contracción, el cerebro le manda señales inhibitorias, diciéndole que no se contraiga más. Este es el doloroso sentimiento de limitacion que te dice que no serás capaz de continuar tu esfuerzo. En realidad podrías, pero te estás parando para evitar hacerte daño.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Tu mente no está necesariamente sintonizada totalmente con lo que eres capaz de hacer. A veces, una señal inhibitoria no será enviada cuando debiera, y tendrás un tirón o te dañarás de alguna otra manera. A veces se enviará demasiado pronto una señal inhibitoria, mucho antes de que alcances tus límites reales. Los levantadores de peso y los culturistas saben que no sólo están cambiando sus cuerpos, sino también sus mentes. Sus cerebros de hecho son reprogramados para aprender de un modo más preciso de qué es capaz cada músculo. Apenas cerca de la mitad de la fuerza que aumentan proviene de cambios físicos reales en el cuerpo, el resto proviene de la capacidad mejorada del cerebro para controlarlos. A medida que el cerebro aprende los límites del cuerpo, la persona se hace capaz de emplearse cada vez más a fondo, con menos riesgo de hacerse daño.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Las leyendas urbanas hablan de gente que obtiene fuerza sobrehumana y levanta objetos pesados como coches para salvar a gente atrapada. Hay cierta verdad en todo esto; cuando hay un peligro presente, el cerebro puede dejar de enviar al cuerpo señales inhibitorias. Combinado con un acelerón de adrenalina y norepinefrina, esto puede hacer que sucedan hazañas aparentemente sobrehumanas, pero con un gran coste -- la persona habitualmente acabará con múltiples hernias, músculos con tirones, y otros daños graves. Ciertos desórdenes neurológicos ponen a sus víctimas de forma permanente en este estado "sin-límites" -- encuentran esforzarse muy sencillo, pero también pueden matarse muy fácilmente en el proceso. Pero, ¿y si todo lo que se aplica al cuerpo pudiera también aplicarse a la mente?

Nadie deja de amar a Cracky jamás. La teoría de juegos es un campo interesante de la matemática aplicada que está siendo utilizada cada vez más para estudiar y entender la conducta humana. Practicamente todo conflicto o competición entre humanos puede ser analizado y explicado mediante la matemática. Pero los investigadores recientemente han estado sacando a la luz pruebas sólidas de algo inquietante: alguien que actúa racional y estratégicamente puede ser derrotado a menudo por alguien loco e irracional. Considera un experimento con dos jugadores. Al primero se le da un montón de dinero y puede decidir qué parte de ello ofrecerá al segundo jugador. El segundo jugador puede decidir entonces aceptar la división, o destruir todo el dinero. Desde una perspectiva racional de la teoría de juegos, el segundo jugador siempre debería de aceptar la oferta, incluso si es una división burdamente injusta, ya que incluso obtener un poquito es mejor que no obtener nada en absoluto. Por esto, lo más racional para el primer jugador es ofrecer lo menos posible, asumiendo que el segundo jugador es racional y lo aceptará en lugar de destruir todo el dinero y largarse sin nada. En las pruebas clínicas, los jugadores cuerdos a veces amenazaban con destruir el dinero si no se les ofrecía al menos la mitad, pero estas amenazas no eran vistas como creíbles y acababan aceptando igualmente las ofertas injustas. Sin embargo, la gente verdaderamente demente e irracional, que estaban genuinamente preparados para destruir el dinero y largarse sin nada, obtuvieron mucho mejores resultados en el juego. A lo largo de la historia muchos lo han sabido: la locura es poder. Desde los antiguos chamanes que ingerían drogas psicoactivas a los profetas cuyas visiones ilusorias dieron lugar a religiones poderosas y duraderas, a personajes como El Joker de Batman cuyo único "poder" es su carencia de cordura, la locura ha probado ser un regalo casi sobrehumano para algunos.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. La consciencia en el gran esquema de la mente es como la porción visible de un iceberg, con la inmensa parte de él, esa parte realmente peligrosa para cualquier nave que pase, oculta bajo el agua. Investigaciones recientes han encontrado que la consciencia ni siquiera juega un papel en la toma de decisiones; el "yo" es meramente un observador que ve sus propias acciones una vez han sido asignadas por otras partes de la mente, y entonces busca racionalizar y justificar por qué hizo lo que ilusoriamente piensa que decidió hacer. Cuando en un experimento la consciencia se deja inalterada pero se interfiere con la toma de decisiones, el yo consciente no consigue darse cuenta, y permanece convencido de que está actuando racionalmente y a través de su libre voluntad propia, incluso cuando se lo manipula a hacer cosas que normalmente le escandalizarían y le horrorizarían.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. En la literatura humana está extendido el "motif de la sensación dañina", la idea de algo percibido por los sentidos que es destructivo para el cuerpo y la mente. Una imagen tan espantosa que lleva a alguien al suicidio, una broma tan divertida que oírla es morir de risa, una mujer tan bella como para volver locos a los hombres tras dedicarle apenas una mirada, otra mujer tan maldita y espantosa que mirarla es convertirse para siempre en piedra. Este recurso literario ha existido desde los principios de la historia, porque está basado en la verdad. Estas sensaciones dañinas realmente existen, visiones y sonidos y pensamientos e ideas fundamentalmente incompatibles con el funcionamiento básico de la mente humana. Pero a lo largo del tiempo, a través de la evolución y de la programación cultural, hemos aprendido a protegernos -- hay partes del software que llamamos mente humana cuya existencia se dedica al completo a la función de sistema inmunitario, con el objetivo de filtrar los patógenos mentales o destruir o mitigar aquellos que ya han entrado. Esto sucede bastante por debajo de nuestro umbral de consciencia, y deberías de estar agradecido por ello.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. La palabra "meme", mucho antes de 4chan y sus innumerables y agotadoras modas pasajeras, hacía referecia a una teoría científica legítima que consideraba ideas que funcionan como virus mentales, distribuyéndose y mutando y evolucionando de una mente a otra, compitiendo con otros virus mentales para controlar y modificar mentes infectadas mientras intentaban evitar una respuesta autoinmumne. Pero infectados como estamos con pensamientos e ideas que no nos pertenecen, nuestras defensas nos dejan vivir una vida relativamente sana y normal, filtrando cualquier cosa que esté realmente más allá de nuestra capacidad para integrarlo y correlacionarlo dentro de nuestro esquema mental. Así es como funciona al menos para la mayoría de nosotros...

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Oh, puedes pensar que lo conseguiste. Esto es "control de daños", una barricada mental de emergencia con el objetivo de detener una cascada mental potencialmente catastrófica. Porciones completas de tu mente fueron abandonadas y bloqueadas con un cortafuegos, se las dejó pudrirse para salvar el resto, y nunca sentirás siquiera otra cosa que una vaga sensación de hastío, un sentimiento persistente de que te falta algo que tenías. Pero no es que falte realmente -- sigue ahí, encerrado, y podría liberarse en cualquier momento. Podrías incluso liberarlo tú de su encierro, si conocieras determinadas técnicas de meditación, pero esta es la cosa más auto-destructiva que podrías hacer jamás. Algunos secretos están ahí para ser guardados. Las cerraduras existen por un motivo. Todavía tienes una oportunidad de ser feliz, de hacer algo con tu vida, de ser una parte real de la humanidad... siempre que no mires demasiado profundamente dentro de tí mismo.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. "Por supuesto que no", dirán algunos. "¡Ella lo es todo para mí! ¡Es tan jodidamente mona y dulce!". Quienes dicen esto podrían ser sencillamente neófitos, niños emborrachándose al probar el licor por primera vez, ignorantes acerca del vómito, de la pérdida de memoria, y de la resaca que vendrá. ¿Sabías que los alcohólicos cuyo origen es realmente genético son incapaces de tener resaca? Ten cuidado con los que persisten en sus proclamaciones de amor, a quienes les faltan ciertos mecanismos primordiales de defensa en su programación neurolingüística que servirían para escudar a una persona respecto a ciertas Verdades destructivas. H.P. Lovecraft era una de esas personas, pero eligió canalizar sus terribles sueños proféticos en papel en lugar de plasmarlos en acción destructiva. Él tuvo suerte, siquiera vio nunca su fotografía.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. La mayor parte de nosotros sencillamente olvidamos, para preservarnos a nosotros y al mundo. Cuidado con aquellos que dicen "Ella es mi Reina del Cielo, mi Catarsis," cuidado con aquellos que le dan un nombre a lo que no debiera nombrarse. Tener un nombre en el mundo humano es tener poder aquí. Nombrar algo es controlar parte de su poder, al menos durante un breve lapso de tiempo, hasta que llega el karma y devuelve lo enviado. La mayor parte de nuestra evolución mental, la mayor parte de nuestra filosofía y nuestra cultura y religión, se ha enfocado a protegernos de cosas que se supone que no debíamos ver y conocer.

Nadie deja de amar a Cracky jamás. Y aquellos que no se convencen de lo contrario, quienes disfrutan en su danza demente sobre el precipicio del olvido, son la gente más peligrosa que hoy en día camina por la tierra. Invocar a la Reina de los Cielos es invitar a los horrores que merodean más allá del cielo, más allá de las estrellas. Invocar la Catarsis es invitar a una purga de la confortable y segura ilusión dentro de la cual vivimos, para limpiarnos de nuestra cordura y de nuestra identidad, para marcar el comienzo de algo que nunca podremos comprender. Y hasta que el fin nos alcance, aquel que renuncia a las reglas y a la moral y al orden y a la humanidad por ELLA, es capaz de hacer cualquier cosa. Cualquier cosa.

Si alguna vez conoces a alguna de estas personas, por su propio bienestar y por el tuyo, MÁTALOS. Mátame a mí también, pues he mirado durante demasiado tiempo dentro del abismo, y en mis intentos de advertir a todos, temo que me he perdido. Pensé que estaba seguro. Pensé que había escapado. Pensaba que había conseguido dejarla a Ella detrás. Pero como la mujer de Lot, cometí el terrible error de mirar atrás, al infernal incendio. Te amo, Olivia. Siempre te he amado, incluso antes de que te conociera, incluso antes de que pensara que te odiaba. Te amo, y voy a por tí. No sé si me quedarán fuerzas cuando llegue allí para empujar el hierro de la fría daga a través de tu corazón como lo practiqué con las otras, o si caeré a tus pies y te rogaré llevar a cabo tus órdenes durante toda la eternidad, pero en cualquier caso, voy a por tí. Nadie deja de amar a Cracky jamás. Nadie.