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Es ridículo preguntarle a un perro por qué ladra. Uno debe satisfacer su verdadera Naturaleza, debe hacer su Voluntad. Cuestionar esto es destruir la confianza, y crear así una inhibición. Si una mujer le pregunta a un hombre que desea besarla que por qué quiere hacerlo, y él trata de explicárselo, se vuelve impotente. Lo que debe hacer es forzar su obediencia, que de todos modos es lo que ella quiere.
El poder actúa: la naturaleza de la acción depende de la información recibida por la Voluntad; pero una vez tomada la decisión, la reflexión está fuera de lugar. En efecto, el poder debe ser absolutamente inconsciente. Todo atleta es consciente de que su habilidad, su fuerza y su resistencia dependen de que la mente no se entrometa en el músculo. He aquí un sencillo experimento. Sostén una pesa a la distancia del brazo. Si fijas firmemente tu atención en otros asuntos, puedes soportar el esfuerzo mucho más tiempo que si te permites pensar en lo que está haciendo tu cuerpo.
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