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Nu, para desvelarse, necesita en primer lugar un intermediario mortal.
Es de suponer que Ankh-f-n-khonsu, el señor guerrero de Tebas, sacerdote de Men Tu, es de alguna forma sutil idéntico ya sea a Aiwass o a la Bestia.
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Aquí Nuit apela, simple y directamente, reconociendo la función separada de cada Estrella de su Cuerpo. Aunque todo es Uno, cada parte de ese Uno tiene su propio trabajo especial, cada Estrella su Órbita particular.
Al dirigirse a mí como señor guerrero de Tebas, parece como si Ella percibiera una cierta continuidad o identidad de mi persona con Ankh-f-n-khonsu, cuya Estela es el Vínculo con la Antigüedad de esta Revelación. Véase The Equinox I, VII, pags. 363-400, para el relato de este acontecimiento.
La revelación es la Proclamación de la Verdad anteriormente explicada, de que el Cuerpo de Nuith ocupa el Espacio Infinito, de modo que cada Estrella del mismo es Completa en sí misma, una Unidad independiente y absoluta. Difieren como lo hacen el Carbono y el Calcio, pero cada una es una sencilla Sustancia "inmortal", o al menos una Forma de alguna Sustancia más simple. Cada alma es, pues, absoluta, y el "bien" o el "mal" no son más que términos que describen las relaciones entre combinaciones destruibles. Así, la quinina es "buena" para un enfermo de malaria, pero "mala" para el germen de la enfermedad. El calor es "malo" para el helado y "bueno" para el café. La esencia indivisible de las cosas, sus "Almas", son indiferentes a todas las condiciones, ya que ninguna puede afectarlas de ningún modo.
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