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No es necesario estar entrando y saliendo constantemente del Trance. Hay que realizar ambas acciones con una duración y fuerza de oscilación cada vez mayores. De ahí que los períodos de vida, donde cuenta el tiempo, se vuelvan gradualmente más grandes y más vívidos, y los períodos de muerte, aunque muy cortos, quizás, puedan ser insondablemente intensos.
La cuestión en sí del Tiempo ya ha sido investigada a fondo. Las presentes observaciones se refieren únicamente a las condiciones de la conciencia "normal", a la que nos arrojamos a intervalos recurrentes. La doctrina aquí expuesta debe estudiarse a la luz de las observaciones anteriores; los versos 61 a 74, inclusive, forman un pasaje coherente: obsérvense las palabras "muerte" en los versos 63 y 66, y "morir" en el verso 68. Obviamente, hay una intención de identificar el Clímax del Amor con el de la Vida. No es entonces extraño que nos preguntemos: ¿Puede la "Muerte" tener un significado más profundo de lo que parece? Escorpio, el Signo Zodiacal de la Muerte, es realmente la función Sexual o Reproductiva de la Naturaleza. Es el Águila que trasciende la Tierra, la Serpiente que se restaura a sí misma y el Escorpión que se autoinmola. En la alquimia es el principio de la Putrefacción, el "Dragón Negro", cuyo estado de corrupción aparente no es más que el preludio de la Marea Viva de color Arco Iris del Hombre Variopinto. La ninfa de la Primavera, Siringa, la caña hueca y temblorosa que no necesita más que el Aliento para llenar el mundo de Música, atrae a Pan, el Dios-Cabra de la Lujuria Extática, por cuya Obra se establece de nuevo la gloria del Verano.
Es obvio que "la duración de tu anhelo" varía con el número de potencialidades a satisfacer. En otras palabras, cuanto más complejo sea el Khu de la Estrella, mayor será el hombre y más agudo será su sentido de la necesidad de alcanzarlo.
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