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Ahora, una vez más, el adepto aspira y llega a la esfera llamada la Corona con el número 1, referida al Dios Ra-Hoor-Khuit mismo en el hombre, al Principio de los Movimientos Giratorios y al Primer Modo de la Materia. (Véase el Liber 777, The Equinox, y el Libro 4 para estas atribuciones.) Su Verdad secreta es que la Tierra es el Cielo como el Cielo es la Tierra, y muestra al aspirante a sí mismo como una estrella. Todo lo que le parecía realidad no debe ser considerado ni siquiera como una ilusión, sino como una sola luz que impregna estrella y estrella. Los Muchos, cada uno de ellos, son el Uno; cada individuo, no hay dos iguales, pero todos son idénticos; esto lo sabe y lo es, porque ahora la Palabra ha aligerado las vigas de su alma. (La lógica de la Ruach -el intelecto normal- es trascendida en la Experiencia Espiritual. Es, evidentemente, imposible "explicar" cómo puede ser esto).
En el número 6 vio a Dios entrelazado con el hombre, dos trinidades hechas una; pero aquí sabe que nunca hubo más que una.
Así pues, ahora este Libro son ahora "piedras de agua preciosa"; su Luz no es la luz prestada del oro, sino que se derrama a través del Libro mismo, con un brillo claro, que brota de sus facetas. Cada frase es un diamante; cada una es diversa, pero todas son idénticas. ¡En cada una ríe la única Luz!
A esta esfera llegó por el Sendero llamado de la Suma Sacerdotisa; Ella es su Ser Silencioso, virgen más allá de todos los velos, hecha libre para enseñarle, en virtud de esta tercera ordalía en la que, atravesando el abismo, se ha despojado de todo harapo de falsedad, de sus últimos complejos, e incluso de su fantasía que llamaba "yo". Y así sabe por fin que el vestido de la sucia ramera era un mero disfraz; ¡desnudo a la luz de la Luna brilla el Cuerpo de la doncella!
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