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Esto no debe entenderse en el sentido espiritualista. Significa que en cada persona está la sublime naturaleza estelar, una conciencia que debe ser alcanzada mediante los métodos prescritos.
[Y aun así también podría referirse a una conexión real entre una persona y una estrella determinadas. ¿Por qué no? En todo caso, esto no es algo que yo conozca. Ver: Liber 418.]
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Esta tesis está plenamente tratada en "El Libro de la Sabiduría o Insensatez". Su afirmación principal es que cada ser humano es un Elemento del Cosmos, autodeterminado y supremo, co-igual a todos los demás Dioses.
De ello se desprende lógicamente la Ley "Haz tu Voluntad". Una estrella influye en otra por atracción, por supuesto; pero estos son incidentes de órbitas auto-predestinadas. Hay, sin embargo, un misterio de los planetas, que giran alrededor de una estrella de la que son partes; pero no lo discutiré al completo en este lugar.
El Hombre es el Reino Medio. El Gran Reino es el Cielo, con cada estrella como unidad; el Pequeño Reino es la Molécula, con cada Electrón como unidad. (La Proporción entre estos tres es regularmente geométrica, siendo cada uno 10 elevado a 22 veces más grande que su vecino).
Véase en "El Libro del Gran Alca" la demostración de que cada "estrella" es el Centro del Universo para sí misma, y que una "estrella" simple, original, absoluta, puede añadir a su omnipotencia, omnisciencia y omnipresencia sin dejar de ser ella misma; que su forma única de hacerlo es obtener experiencia, y que en consecuencia entra en combinaciones en las que su verdadera Naturaleza se disfraza por un tiempo, incluso de cara a sí misma. De forma análoga, un átomo de carbono puede pasar por una miríada de fases de Proteo, apareciendo como Tiza, Cloroformo, Azúcar, Savia, Cerebro y Sangre, no siendo reconocible como "sí mismo", el sólido negro amorfo, pero recuperable como tal, sin que sus aventuras lo modifiquen.
Esta teoría es la única que explica "por qué" el Absoluto se limitó a sí mismo, y por qué no se reconoce a Sí mismo durante su ciclo de encarnaciones. Descarta el "Mal" y el Origen del Mal; sin negar la Realidad al "Mal", ni insultar nuestra observación cotidiana y nuestro sentido común.
Cito aquí (con uno o dos añadidos aclaratorios) la nota original hecha inicialmente por Mí sobre este tema.
Todos los elementos deben haber estado separados en algún momento - así sería el caso con un gran calor. Ahora bien, cuando los átomos llegan al sol, tenemos ese calor inmenso, extremo, y todos los elementos vuelven a ser ellos mismos. Imagina que cada átomo de cada elemento poseyera el recuerdo de todas sus aventuras en conjunto. Por cierto que ese átomo, fortificado con ese recuerdo, no sería el mismo átomo; sin embargo, lo es, porque no ha obtenido nada de ninguna parte, excepto este recuerdo. Por lo tanto, por el transcurso del tiempo y en virtud de la memoria, una cosa (aunque fuera originalmente una Perfección Infinita) podría convertirse en algo más que ella misma; y es por esto que es posible un desarrollo real. Uno puede entonces ver una razón para que cualquier elemento decida pasar por esta serie de encarnaciones (¡Dios, esa fue una magnífica idea!) porque así, y sólo así, puede ir; y durante estas encarnaciones falla su memoria respecto a su propia Realidad de Perfección, puesto que sabe que saldrá de ellas sin cambios.
Por lo tanto, tienes un número infinito de dioses, individuales e iguales aunque diversos, cada uno supremo y totalmente indestructible. Esta es también la única explicación de cómo un ser podría crear un mundo en el que existen la guerra, el mal, "etc". El mal es sólo una apariencia porque, al igual que el "bien", no puede afectar a la sustancia en sí, sino sólo multiplicar sus combinaciones. Esto es algo similar al monismo místico, pero la objeción a esa teoría es que Dios ha de crear cosas que son todas partes de sí mismo, por lo que su interacción sería falsa. Si presuponemos muchos elementos, su interacción es natural. No es una objeción a esta teoría preguntar quién hizo los elementos - los elementos al menos están ahí; y Dios, cuando se le busca, no está ahí. El teísmo es "obscurum per obscurius". Una estrella masculina se construye desde el centro hacia afuera, una estrella femenina desde la circunferencia hacia adentro. Esto es lo que se quiere decir cuando decimos que la mujer no tiene alma. Explica plenamente la diferencia entre los sexos.
- 14 de mayo de 1919, 18.30 horas.
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