Los Comentarios al Libro de la Ley

escrito por Aleister Crowley

traducción y notas al pie por Yemeth
¡Consíguelo en Libro de Bolsillo!

<< regresar al capítulo 2

2.22.- Yo soy la Serpiente que da el Conocimiento y el Deleite y la brillante gloria, y agita los corazones de los hombres con la embriaguez. Para adorarme tomad vino y extrañas drogas de las que hablaré a mi profeta, ¡y embriagaos de ellas! No os harán ningún daño. Es una mentira, esta insen­satez contra uno mismo. La exhibición de la inocencia es una mentira. ¡Sé fuerte, oh hombre! Desea, disfruta de todas las cosas del sentido y del arrebato: no temas que ningún Dios te niegue por esto.

Antiguo Comentario

Hadit se identifica ahora con la Kundalini, la fuerza mágica central en el hombre.
Este privilegio de usar vino y extrañas drogas ha sido confirmado; las drogas ciertamente fueron reveladas. (P.D. Y no han perjudicado a quienes las han usado en esta Ley).
Sigue una maldición contra el altruismo servil del cristianismo, la sumisión del yo a las impresiones externas, la asfixia del Niño de la Dicha bajo la vieja y flácida niñera llamada Convención.

Nuevo Comentario

La embriaguez es una maldición y un estorbo sólo para los esclavos. Los mensajeros de Shelley estaban "borrachos con el viento de su propia velocidad". Cualquiera que esté haciendo su verdadera Voluntad está ebrio del deleite de la Vida.
El vino y las extrañas drogas no dañan a las personas que están haciendo su voluntad; sólo envenenan a aquellas con el cáncer del Pecado Original. En los países latinos, donde el Pecado no se toma en serio y la expresión sexual es simple, saludable y libre, la embriaguez es un raro accidente. Sólo es en los países Puritanos, donde el auto-análisis bajo el látigo de un tosco matón como Billy Sunday lleva al oyente a la 'convicción de pecado', donde primero se embarca en el 'camino' y luego en la 'borrachera'. ¿Te imaginas a un evangelista en Taormina? Es para reírse.
Por esta razón a lo largo de todos estos siglos los misioneros no han producido conversión alguna, salvo entre los tipos más bajos de negros, que se asemejan al anglosajón en esta posesión de las psicopatías del "temor a Dios" y el "Pecado".
La verdad es tan terrible para estas detestables burlas a la humanidad que el pensamiento de uno mismo es una materialización del infierno. Por lo tanto recurren a la bebida y a las drogas como a un anestésico ante la operación quirúrgica de la introspección.
El anhelo por estas cosas es causado por la miseria interior que su uso revela a las almas esclavas. Si eres realmente libre, puedes consumir cocaína con la misma sencillez que una golosina de agua salada. No hay mejor examen preliminar de un alma que su actitud ante las drogas. Si un hombre es sencillo, valiente, entusiasta, está bien; no se convertirá en un esclavo. Si tiene miedo, ya es un esclavo. Que el mundo entero consuma opio, hachís y demás; los que son propensos a abusar de ellos estarían mejor muertos.
Pues es poder de todas las llamadas drogas embriagantes mostrar al hombre ante sí mismo. Si esta revelación proclama una estrella, entonces brillará para siempre con más intensidad. Si muestra a un cristiano -una cosa que no es un hombre ni una bestia, sino un embrollo de la mente-, anhela la droga, no tanto por su efecto analítico, sino por su efecto adormecedor. Lytton tiene una gran historia sobre esto en 'Zanoni'. Glyndon, un no iniciado, toma un elixir, y no ve a Adonai el glorioso, sino al Morador del Umbral; expulsado del Santuario, se convierte en un vulgar borracho.
"Esta insensatez contra uno mismo"; el altruismo es una afirmación directa de la dualidad, que es división, restricción, pecado, en su forma más vil. Amo a mi prójimo porque el amor lo convierte en parte de mí; no porque el odio lo separe de mí. Nuestra ley es tan simple que se acerca constantemente al truismo.
"La exhibición de la inocencia". Exhibir significa "exponer" como en un escaparate. La pretensión de altruismo y supuesta virtud "es una mentira"; es la hipocresía del Puritano, que es horriblemente corruptora tanto para el hipócrita como para su víctima.
"Desear" es aferrarse continuamente a nuevos aspectos de Nuit. Es un error del hombre vulgar esperar hallar satisfacción en los objetos de los sentidos. La desilusión es inevitable; cuando llega, demasiado a menudo conduce a un error que es en realidad más fatal que el anterior, la negación de la "materialidad" y del "animalismo". Hay una correspondencia entre estas actitudes y las de los "nacidos una vez" y "nacidos dos veces" de William James (ver "Las Variedades de la Experiencia Religiosa"). Los thelemitas son "tres veces nacidos"; aceptamos todo tal como es, sin "ansia de resultado", sin insistir en que las cosas se ajusten a unos ideales a priori, ni lamentar que no lo hagan. Por lo tanto, podemos "disfrutar de todas las cosas del sentido y del arrebato" de acuerdo con su verdadera naturaleza.
Por ejemplo, el hombre común le tiene pavor al cáncer. El "Científico Cristiano" huye de este temor fingiendo que la enfermedad es una ilusión en la "mente mortal". Pero el Thelemita la acepta como lo que es, y encuentra interés en ello por sí mismo. Para él es una parte necesaria del Universo; no establece "ninguna diferencia" entre eso y cualquier otra cosa. La posición del artista es análoga. Rubens, por ejemplo, se deleita sobremanera en la carne femenina, representándola fielmente por falta de imaginación y análisis. Los pintores idealistas, como Bourgereau, despiertos a la divergencia entre la Naturaleza y sus estándares académicos de Belleza, falsifican los hechos para engañarse a sí mismos. Los más grandes, como Rembrandt, pintan con igual pasión y arrebato un galán, una bruja y un cadáver; aman la verdad tal como es. No admiten que algo pueda ser feo o malo; su existencia se justifica a sí misma. Esto se debe a que se saben parte de una unidad armónica; desdeñar cualquier elemento de la misma sería blasfemar contra el todo. El Thelemita es capaz de deleitarse con cualquier experiencia; en cada una reconoce los signos de la Verdad última.
Es ciertamente obvio, incluso intelectualmente, que todos los fenómenos son interdependientes, y por lo tanto se implican entre sí. Supongamos que a + b + c ꞊ d, entonces a ꞊ d - b - c tanto como b ꞊ d - c - a. No tiene sentido elegir una ecuación como "agradable" y otra como "desagradable". Las predilecciones personales son la prueba de una visión imperfecta. Pero es aún peor negar la realidad a los hechos que se niegan a complacer tales predilecciones. En la carta de la soberanía espiritual está escrito que el carbonero no es menos súbdito que el duque. La estructura del Estado incluye todos los elementos; sería estúpido y suicida buscar la homogeneidad, o afirmarla. La experiencia espiritual pronto capacita al aspirante para asimilar estas ideas, y puede disfrutar plenamente de la vida, encontrando su Verdadero Ser por igual en la contemplación de cada elemento de la existencia.
Notas al pie


1 - N.del E.: Desafortunadamente Crowley dejó a menudo apenas referencias veladas en el caso de algunas de las drogas que utilizó a lo largo de su carrera mágica. Una de las respuestas más comunes a la vista de la biografía del autor es que aquí podría tratarse del peyote. Mi experiencia personal apunta a que el uso de psicodélicos es plenamente funcional al despertar y manejo de la Kundalini.