Los Comentarios al Libro de la Ley

escrito por Aleister Crowley

traducción y notas al pie por Yemeth
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2.6.- Yo soy la llama que arde en el cada corazón del hombre, y en el núcleo de cada estrella. Yo soy la Vida, y el dador de Vida, y sin embargo, es por ello que el conocimiento de mí es el conocimiento de la muerte.

Antiguo Comentario

Hadit es el Ego o Atman en todo, pero por supuesto algo más elevado y más secreto que cualquier cosa entendida por los hindúes. Y, por supuesto, la distinción entre Ego y Ego es una ilusión. De ahí que Hadit, que es la vida de todo lo que existe, si es conocido, se convierte en la muerte de esa individualidad.

Nuevo Comentario

De ello se desprende que, dado que Hadit nunca puede ser conocido, no hay muerte. La muerte del individuo es su despertar a la inmortalidad impersonal de Hadit. Esto se aplica menos a la muerte física que al Cruce del Abismo; para ello, véase el Liber 418, decimocuarto Aethyr. Uno puede llegar a ser consciente de que no es más que un "hijo" particular del Juego de Hadit y Nuit; la personalidad propia se percibe entonces como un disfraz. No sólo no es una entidad viva, como uno había pensado; sino un mero símbolo sin sustancia, incapaz de vivir. Es la forma convencional de un determinado conjunto de pensamientos, que son a su vez los símbolos parciales y jeroglíficos de un "Ego". El "hombre" consciente y sensible es para su Yo lo que las letras impresas en esta página son para mí, que las he hecho manifestarse en color y forma. Son dispositivos arbitrarios para transmitir mi pensamiento; podría utilizar igualmente el francés o el griego. Tampoco este pensamiento aquí expresado es más que un rayo de mi Orbe; e incluso todo ese Orbe no es más que el vestido de Mí. La analogía es precisa; por lo tanto, cuando uno se convierte en "el conocedor", implica la "muerte" de todo sentido del Ego. Uno percibe su personalidad precisamente como hago ahora con estas letras impresas; y se olvidan, al igual que, absorto en mi pensamiento, el automatismo entrenado de mi mente y mi cuerpo expresa ese pensamiento por escrito, sin atención por mi parte, y menos aún identificándose con los extremos involucrados en el proceso.